sábado, 30 de mayo de 2015

Evolución

La evolución del caballo puede seguirse a través del registro fósil hasta llegar a Hyracotherium un pequeño mamífero herbívoro que vivió durante el Eoceno, hace 55 millones de años, en América del Norte. Hyracotherium tenía un tamaño que oscilaba entre los 20 y los 40 cm de altura, con cuatro dedos en las extremidades anteriores y tres en las posteriores terminando cada uno en una uña.
La evolución posterior de Hyracotherium le hizo aumentar su altura hasta los 115 cm y perder sus dedos hasta hacerse monodáctilo. Poco a poco, su único dedo se endurecería mediante mutaciones, hasta desarrollar cascos que les permitían huir de los depredadores.
 Las especies americanas dieron lugar durante el Oligoceno al género Mesohippus del tamaño de una gacela, que tenía sólo 3 dedos en las patas delanteras y que ya presentaba pies con forma de casco.
 Otros descendientes de Mesohippus fueron Miohippus y Merychippus; este último género desarrolló dientes con coronas muy altas, lo que le permitió, a diferencia de Hyracotherium, que pastaba hierba, ramonear las hojas y brotes de árboles y arbustos. Entre los descendientes de Merychippus estaba Hipparion, que durante el Plioceno se desplazó y expandió desde Norteamérica hasta Eurasia, y Pliohippus, antecesor de Pleshippus y de su sucesor, el caballo moderno, es decir, el género Equus, que apareció hace 5 millones de años.
Se cree que durante el Pleistoceno, hace unos 15.000 años, el género Equus extendió su área de distribución desde Norteamérica a Eurasia y África cruzando el puente de Beringia.

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